CULTURA FRANCESA:

Santa Coloma de Sens fue una virgen mártir cristiana considerada santa y a la que se asocia con Sens (pueblo de Francia) y una fuente llamada de Azon. Su fiesta se celebra el 31 de diciembre. 

Se dice que a los dieciséis años huyó de Hispania (España) para irse a Galia (Francia) con la finalidad de escapar de las persecuciones del emperador Aureliano. Aun así, fue localizada y encarcelada y, mientras estaba en la prisión, uno de los guardias intentó violarla. Un oso que estaba en un anfiteatro próximo atacó el guardia y la rescató, aunque más tarde fue martirizada en Meaux. Explica la hagiografía (historia de los santos) católica que la condenaron a morir en la hoguera, pero como resistió a las llamas la degollaron en un bosque cercano. Donde cayó la sangre creció una riera.

Se construyó una capilla en su tumba, seguida más adelante por el monasterio de Sens, y otras iglesias de Francia llevan su nombre. También se dice que fue patrona de la iglesia parroquial de Chevilly, en la diócesis de París. Sus restos no se hallaban en Sens, así que se pensó que estaban en Rímini (Italia). Se desconocen los motivos por los cuales los restos de Santa Coloma no permanecieron en Sens y habían sido enviados a la Catedral de Santa Coloma, en Rímini. Aun así, la momia entera fue llevada a Bari, en la catedral en la cual está expuesta.

En el arte, Santa Coloma aparece representada como una doncella coronada y encadenada. A veces puede aparecer con un perro o un oso encadenado, sujetando un libro y una pluma de pavo real o estar como un ángel sobre una pira funeraria.

CULTURA ESPAÑOLA:

Columba de Córdoba fue una santa de la iglesia católica que vivió en Córdoba bajo el dominio musulmán durante el siglo IX. Según la leyenda, fue decapitada por los musulmanes en el monasterio de Tábanos en 853, y su cuerpo mutilado fue lanzado al Guadalquivir. Aun así, cuando encontraron los restos de su cuerpo, este estaba intacto. 

Su fiesta se celebra el diecisiete de septiembre.

La veneración hacia Santa Coloma en Galicia se remonta a la Edad Media. Su culto, según Allyson M. Poska (profesora), fue probablemente una “combinación de los cultos de dos vírgenes mártires”, que eran Santa Colomba de Sens y Colomba de España.

Una leyenda gallega dice que antes de ser una virtuosa virgen mártir, Colomba era una bruja. La leyenda cuenta que un día se encontró a Jesucristo en un camino a Galicia y decidió cambiar su vida después de que este le dijera “Sigue adelante y sé una bruja, pero no entrarás en mi reino”. El relato dice que ella se convirtió al cristianismo y fue martirizada por su fe después de negarse a renunciar a ella, o después de rechazar insinuaciones sexuales de hombres. Se convirtió en la patrona de las brujas gallegas, actuando tanto como una intermediaria en nombre de las brujas como contra ellas mismas. 

En Coimbra (Portugal), según una guía de viajes del siglo XIX, había una pequeña capilla que decían que marcaba el lugar donde Santa Colomba fue martirizada y que a finales de primavera los jóvenes del pueblo decoraban el santuario con coronas de rosas en memoria de la corona rosada que creen que llevaba durante el martirio.